Cuando el talento se va

Los resultados del próximo 7 de octubre afectarán, para bien o para mal, la indudable fuga de talento que está viviendo Venezuela desde la última década

La salida de Chávez representa para los profesionales que están en el exterior la oportunidad de retornar a su Patria para servirle a ella. Mientras que la permanencia de la revolución bolivariana, y todas sus equivocaciones y desgracias, por un período más de gobierno será la razón por la que un grupo importante de jóvenes armará maletas para agarrar vuelo lejos de aquí.

Si existiera la posibilidad de irse en balsa también lo harían, así como sucede en Cuba. «No me lo calo más», dice Carolina Fuentes, periodista egresada de la Universidad Católica Andrés Bello.

Esta joven no sólo está preocupada por los evidentes ataques a la libertad de prensa que impiden el libre ejercicio de su profesión sino también el deterioro económico e institucional y policial que se viene sufriendo en estos 13 años.

«Al Gobierno se les escapó de las manos la delincuencia en las calles y hasta la delincuencia en las cárceles. Los episodios ocurridos en primer lugar en El Rodeo y ahora con La Planta dan muestra del terrible cáncer que existe en la sociedad. A las autoridades no les ha dado la gana de atacar los problemas que nos afectan y por lo visto no lo hará», agrega indignada.

CEREBROS SE VAN POR ATRACOS
La inseguridad física y jurídica fue justamente la razón principal por la que Jesús Vidal se fue a Australia hace poco más de un año, aún sin tener oferta de trabajo allá. Con sus ahorros y mucha disposición voló por casi 24 horas seguidas para estar en el otro lado del mundo.

Es egresado de la Universidad Simón Bolívar con mención suma cum laude en arquitectura y estuvo a la cabeza de grandes proyectos en su país incluyendo la construcción del nuevo viaducto hacia La Guaira y la proyección de estaciones del sistema Metro. Asegura que estaba cansado de vivir con miedo y tener que estar alerta permanentemente: vidrios cerrados, rejas pasadas y ojo pelao.

Su padre fue víctima de secuestro hace 10 años y él vivió un intento de robo por cuatro adolescentes frente a su casa pocos meses antes de irse. Casi a diario escuchaba de hurtos a amigos y familiares y absolutamente nadie preso o responsable por ello.

Recuerda que las últimas navidades que pasó en el país fueron terribles porque intentaron abrir el apartamento de su tía y tuvieron que regresar corriendo de Chichiriviche donde estaba reunido con sus seres queridos.

En 2008, 2009 y 2010 la hacienda de su padre fue objeto de asaltos por grupos comandos de encapuchados mejor armados que la Policía. En uno de los hechos resultó herido un obrero en la mano, y un funcionario policial en el brazo. «Eso es horrible, es inhumano, no es normal. Lo que pasa es que la gente se acostumbra», sin embargo él no se acostumbró.

No existe cálculo específico sobre el número de profesionales que se han ido del país, pero basta con examinar el círculo social en el que se mueve una persona para detallar que llegan a ser miles. En cada familia hay por lo menos un primo, un tío o un hermano que luego de terminar los estudios universitarios se han visto en la obligación de emigrar al extranjero.

En 2009 un estudio del Sistema Económico Latinoamericano señaló que el desagüe de puestos de trabajos altamente calificados, para mayores de 25 años, de Venezuela a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos aumentó 216% entre 1990 y 2007.

De acuerdo con el texto son más los científicos venezolanos que están en Estados Unidos que los que han quedado en el país. Las cifras son de unos 9 mil afuera contra 6 mil que aún están en territorio nacional. Artistas, abogados, médicos, gerentes e ingenieros también emigran en bandadas, cosa que en definitiva está atentando contra el futuro del país.

NO ES COBARDÍA HUIR
A los que ya se han ido y a los que desean hacerlo, algunos les llaman cobardes porque la evasión de los problemas por los que atraviesa el país no es la mejor solución. «¿Qué hago con quedarme?, ¿sentarme a esperar perder lo que tengo?, ¿o sentarme a esperar conformarme con la miseria con la que nos van a dejar?

Aunque la gente diga que es muy fácil estar afuera no lo es, pero prefiero huir y resguardar la vida y la de los míos», sostiene Daniela Gutierrez, abogada graduada de la Universidad de Falcón, quien dice está pensando comprar boleto para el 8 de octubre por si tiene que usarlo en el caso de que Chávez gane las elecciones.

De calidad de vida también habla Orlando Covault, ingeniero en sistemas, establecido en Lima desde abril de 2010. Como ya conocía Perú, porque la empresa transnacional en la que había quedado trabajando desde sus pasantías lo había enviado en dos oportunidades para realizar proyectos, no dudó en marcar camino junto a su esposa cuando le ofrecieron pasar a la nómina de la oficina limeña.

Hoy día ya tiene un bebé de cinco meses y confiesa que le encantaría verlo crecer en Venezuela. «Si le quitas la cabeza a la culebra igual se sigue moviendo. Me gustaría regresar, porque toda persona afuera es un extranjero y nadie te trata igual que en tu país, pero después de otra gestión. Lo principal es sacar a Chávez», manifiesta.

Leoncio Barrios, psicólogo social de la Universidad Central de Venezuela, sostiene que las repercusiones de la fuga de talento o de mano de obra profesional son muy complejas desde el punto de vista económico porque se derrocha la inversión que el Estado ha hecho para la preparación de cada estudiante, que le cuesta al menos 10 mil bolívares anuales. Esto representa una pérdida no sólo multimillonaria sino de importantes recursos humanos y de no tener capacidad calificada.

EL ÉXODO ES DE LA CLASE MEDIA
Los venezolanos, a diferencia de los oriundos de otros países de América Latina, no salen de su país a pasar trabajo. Las huidas masivas, a juicio de Barrios, son de aquellos que tienen mucha capacidad gerencial y emprendimiento, justamente lo que requiere todo país para seguir en su desarrollo. Para él, medicina e ingeniería son las áreas más golpeadas en los últimos años, lo que ha provocado el descalabro actual.

«Cada vez que viene una elección se crea una expectativa si el resultado me es adverso, tanto en el lado de la oposición como del chavismo. En el primer caso he oído que hay una decisión predeterminada de que si vuelve a ganar Chávez se van, pero en tiempos pasados han dicho lo mismo. Chávez ha ganado, y aquí los veo», confiesa el especialista.

Sin embargo, está seguro de que hay un porcentaje que definitivamente emigrará. Y, claramente serán integrantes de la clase media, que por tener ciertos recursos son los que han podido viajar y ver la dinámica de otras ciudades para así comparar estilos de vida.

«La gente no menciona que la verdadera inseguridad que se les genera es no poder tener mayor capacidad adquisitiva, por lo que se crea un clima de desesperanzas. Por su parte, habitantes de las zonas populares, que en términos cuantitativos y cualitativos son los más afectados por la violencia, definitivamente no tienen planes de partir», explica.

GAITAS EN CANADÁ
El sector petrolero ha sido una de las industrias más golpeada por la fuga de talento Hace una década, Petróleos de Venezuela era considerada una de las cinco compañías de energía más importante del mundo, ahora su desempeño está empañado por errores garrafales que incluyen explosiones en refinerías y hasta derrames.

La mamá de Andreína Torres que trabaja en una trasnacional que prestaba servicios a la empresa estatal fue despedida luego del paro petrolero del 2001. Sin trabajo fue llamada por una firma canadiense petrolera que le pagó mudanza, le proporcionó residencia y cubrió sus necesidades durante el primer año.

Luego de cuatro años se ha reencontrado con un grupo importante de venezolanos que también fueron contratados en ese país por su gran experiencia en el área. Dice reunirse con ellos para hacer parrandas, hallacas en diciembre y hasta participar en un grupo de gaita compuesto por maracuchos.

Tal Cual, miércoles 23 de mayo de 2012

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