Gobierno ha limitado el voto de venezolanos en el exterior

Venezolanos en Bogotá
Venezolanos en Bogotá

Por Alejandro Hinds/El Nacional

Las trabas que el Gobierno ha colocado durante los últimos años para que voten los venezolanos que residen en otros países, cada vez más numerosos, no sólo representan una forma de limitar el derecho al sufragio. También pueden incidir en los resultados electorales, sobre todo si son tan cerrados como el 14 de abril.

Según los resultados anunciados por el CNE, en los comicios presidenciales el mandatario encargado y candidato oficialista Nicolás Maduro aventajó al aspirante opositor Henrique Capriles por 273.000 votos, sin contar los votos en el exterior. El número de venezolanos que viven en el exterior supera con creces esa cifra, pero sólo 100.000 están registrados para sufragar.

Los países con más electores son un ejemplo. En Estados Unidos hay 37.000 inscritos, pero más de 200.000 venezolanos están residenciados legalmente, de acuerdo con datos oficiales, y más de un millón viven allí, según otras fuentes.

En España hay 20.000 votantes, aunque el censo de 2011 contabilizó a 60.000 venezolanos.

La baja proporción de inscritos no necesariamente responde a la falta de interés de quienes residen en otros países. Algunos suelen regresar a Venezuela para participar en los comicios, pero muchos no pueden hacerlo y tampoco han podido registrarse para votar en las naciones donde viven.
El obstáculo más importante surgió en julio de 2009, cuando se promulgó la Ley Orgánica de Procesos Electorales. «Sólo podrán sufragar en el exterior las personas que posean residencia o cualquier otro régimen que denote legalidad de permanencia fuera de Venezuela», dice el artículo 124.

La exigencia de papeles que demuestren la estadía legal en otro país no sólo contradice el artículo 19 de la LOPE, que indica que el único documento requerido para inscribirse en el registro electoral es la cédula de identidad, sino que también vulnera el artículo 19 de la Constitución, que obliga al Estado a garantizar los derechos sin discriminación.

Ese requisito, además, contraria la tradición jurídica venezolana, porque no existía en la derogada Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política, e internacional, pues la mayoría de los países permiten que sus ciudadanos residenciados en el exterior voten sin importar su condición migratoria.

Registro limitado. Otro impedimento es que los procesos de inscripción y actualización de datos en los consulados suelen tener irregularidades como límites a la cantidad diaria de personas que pueden realizar el trámite, horarios restringidos y cierre días antes de lo previsto, denuncia la organización Venmundo.

Muchos consulados, además, no han procesado nuevas solicitudes desde abril de 2012, cuando se realizó el último corte del registro electoral, a pesar de que el artículo 28 de la Lope establece su carácter continuo: «Todas las personas pueden inscribirse o actualizar sus datos en cualquier momento».

Andreína Montero, que vive y vota en Bolivia desde hace 10 años, no pudo sufragar ni el 7 de octubre ni el 14 de abril porque en el último corte del registro electoral sale con una dirección de Brasil. «En febrero fui al consulado de La Paz a solventar el problema, pero me dijeron que no podía realizar el trámite en ese momento».

El problema que tienen los venezolanos que viven en Alberta, Canadá, es que deben viajar más de 1.000 kilómetros hasta Vancouver, donde está el consulado más cercano. El año pasado recogieron 1.244 firmas para solicitar que se hiciera una jornada especial de inscripción en esa provincia, pero no fueron escuchados.

Un trayecto aún más largo (1.400 kilómetros) tienen que hacer quienes residen en Miami, donde está la comunidad venezolana más numerosa. La decisión del Gobierno de cerrar el consulado de esa ciudad, en enero de 2012, los obliga a viajar hasta Nueva Orleáns.

Condiciones adversas. Las trabas para registrarse no son las únicas. También hay dificultades para sufragar. La primera es el recorrido de cientos o miles de kilómetros que muchos deben hacer para participar en los comicios, porque el número de centros de votación es limitado y el voto es presencial.

Los casos de Nueva Orleans y Vancouver no son los únicos. En países como Argentina, Australia, Francia, México, Perú y Reino Unido con centenares de electores inscritos sólo se puede sufragar en la capital, lo que dificulta la participación de los venezolanos que viven en la provincia.

«Las condiciones son adversas. Otros países permiten el voto adelantado, por correo y otras facilidades», dice Iván González, jefe del Comando Simón Bolívar en Chicago, donde sufragan los venezolanos que viven en Dakota del Norte, Dakota del Sur, Illinois, Indiana, Iowa, Michigan, Minnesota, Nebraska y Wisconsin.

González considera, además, que las legaciones diplomáticas hacen poco para promover la participación en los comicios.

«El teléfono del consulado de Chicago para atender a los venezolanos que solicitaban información del proceso electoral dejo de funcionar por un mes, cuando en Estados Unidos ese tipo de fallas se resuelve en horas».